El uso de vapeadores y dispositivos electrónicos de nicotina (vapeo, “pods”, cigarrillos electrónicos) ha aumentado de forma significativa en los últimos años, especialmente entre jóvenes y adultos que buscan una alternativa al tabaco tradicional. Aunque se perciben como “menos dañinos”, sus efectos sobre la cavidad oral están siendo cada vez mejor conocidos.
En este artículo revisamos cómo afecta el vapeo a dientes, mucosa oral, microbiota, saliva y otros sistemas de la boca, más allá del impacto conocido en encías y periodonto.
1. Cambios en la saliva: sequedad y pérdida de protección
Índice de Contenidos
Muchos usuarios de vapeadores describen sensación de boca seca incluso pocas semanas después de empezar a usarlos.
Las causas principales son:
- Propilenglicol y glicerina vegetal, componentes base de muchos e-liquids, que favorecen la deshidratación de la mucosa oral.
- Disminución del flujo salival, lo que reduce la capacidad de la saliva para neutralizar ácidos, arrastrar bacterias y proteger el esmalte.
Como consecuencia, en algunos usuarios se observa:
- Aumento de la acidez oral, especialmente tras vapear sabores dulces o afrutados.
- Mayor susceptibilidad a caries incipientes en cuellos y superficies lisas.
- Sensación persistente de ardor o irritación en la boca.
2. Efectos en el esmalte: riesgo de erosión y sensibilidad
Los e-liquids suelen contener aromas con pH bajo. Incluso sin nicotina, algunos sabores generan un ambiente ácido en la boca que, repetido varias veces al día, puede producir:
- Desmineralización superficial del esmalte.
- Aumento de la sensibilidad dental al frío o al calor.
- Mayor riesgo de erosión, similar al consumo frecuente de bebidas carbonatadas o energéticas.
El riesgo es mayor cuando la persona inhala, retiene y exhala repetidamente por la boca, ya que el vapor caliente contacta de forma directa y mantenida con las superficies dentales.
3. Cambios en la microbiota oral
Varios estudios señalan que los vapeadores pueden alterar el equilibrio bacteriano de la boca, favoreciendo:
- Aumento de determinadas bacterias anaerobias.
- Cambios en la composición del biofilm que recubre dientes y mucosas.
- Incremento de mediadores inflamatorios en la mucosa oral.
Aunque este efecto parece menos intenso que el del tabaco convencional, puede contribuir a:
- Inflamación gingival en personas predispuestas.
- Halitosis persistente.
- Mayor respuesta inflamatoria ante otros irritantes (úlceras, microtraumatismos, prótesis, etc.).
4. Irritación de la mucosa oral
El vapor no es humo, pero sí contiene partículas y sustancias aromáticas que entran en contacto directo con la mucosa oral. Esto puede provocar en algunos usuarios:
- Úlceras recurrentes o aftas.
- Estomatitis por contacto.
- Irritación en bordes linguales y mucosa yugal.
- Sensación de quemazón o ardor en la boca.
- Alteración temporal del sentido del gusto.
Este tipo de lesiones suele mejorar cuando se reduce o se suspende el uso del vapeador.
5. Efectos sobre la lengua
La lengua también puede verse afectada por el vapeo. Entre los cambios descritos se encuentran:
- Lengua despapilada o “suave” debido a la irritación continua.
- Pigmentación transitoria (amarillenta o marrón) asociada a algunos aromas.
- Mayor sensibilidad en punta y bordes laterales.
- Acumulación de biofilm lingual, favorecida por la sequedad oral.
Los sabores muy intensos (menta, canela, cítricos) pueden generar una hipersensibilidad química en determinados usuarios.
6. Impacto en la cicatrización y en tratamientos dentales
Cada vez hay más evidencia de que el vapeo puede interferir en la respuesta de los tejidos orales ante determinados tratamientos:
- Retraso en la cicatrización después de extracciones dentales.
- Mayor riesgo de inflamación tras cirugías menores o tratamientos periodontales.
- Posible influencia en la integración temprana de implantes por cambios en el flujo sanguíneo local.
- Alteración de la superficie dental por sequedad, lo que puede interferir en blanqueamientos o restauraciones estéticas.
Aunque sus efectos parecen menores que los del tabaco, siguen siendo clínicamente relevantes, especialmente en pacientes con patología previa o factores de riesgo añadidos.
7. Vapeo con nicotina: efectos añadidos
Cuando el e-liquid contiene nicotina, se suman los efectos propios de esta sustancia:
- Vasoconstricción y menor perfusión sanguínea en los tejidos.
- Mayor riesgo de recesión gingival y problemas periodontales.
- Alteración del flujo salival.
- Potencial incremento del bruxismo por el efecto estimulante de la nicotina.
Además, el uso frecuente del dispositivo puede generar una exposición continuada a picos de nicotina que facilita hábitos como apretar los dientes de forma inconsciente.
8. Vapeo y halitosis
La halitosis en usuarios de vapeo puede deberse a diferentes mecanismos:
- Sequedad oral mantenida.
- Cambios en la microbiota de lengua y encías.
- Inflamación leve y sangrado gingival.
- Restos de aromas y compuestos del e-liquid adheridos al biofilm lingual.
- Productos derivados del calentamiento de la glicerina vegetal.
En muchos casos el mal aliento mejora únicamente cuando se reduce o se abandona el uso del dispositivo.
Conclusión
El vapeo no genera exactamente los mismos efectos que el tabaco convencional, pero tampoco es inocuo para la salud bucodental. Puede producir cambios relevantes en la cavidad oral, como:
- Alteración de la saliva y boca seca.
- Riesgo de erosión del esmalte y aumento de sensibilidad.
- Cambios en la microbiota oral y en la inflamación de los tejidos.
- Irritación de la mucosa, úlceras y alteraciones del gusto.
- Interferencia en la cicatrización y en ciertos tratamientos dentales.
Comprender estos efectos permite valorar mejor los riesgos del vapeo y, en caso necesario, consultar con el odontólogo para evaluar la situación de la boca y recibir recomendaciones personalizadas.






